Sandra Melgarejo. Madrid
Francisco Escamilla es uno de los autores de la guía Recomendaciones de práctica clínica en la enfermedad de Parkinson, editada por el Grupo Andaluz de Trastornos del Movimiento (GATM) de la Sociedad Andaluza de Neurología (SAN). Cuenta que planteó la idea en 2008, al entonces “muy prematuro” GATM, y que su elaboración se ha impulsado, sobre todo, en los dos últimos años.
Francisco Escamilla.
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“La iniciativa surgió por la necesidad de homogeneizar el tratamiento de la enfermedad de Parkinson en toda la comunidad. Aunque hay guías clínicas de manejo de la enfermedad, la mayoría de la literatura disponible es poco práctica para tenerla en la consulta. Esta guía es de bolsillo, práctica y muy basada en la evidencia científica”, comenta.
Portada de la guía editada por el GATM.
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Escamilla afirma que, aunque “en principio era una guía para poner de acuerdo a los neurólogos del territorio andaluz con respecto al manejo del párkinson”, el manual “se puede hacer extensivo a cualquier país y especialidad”. “Contempla los aspectos principales sobre el diagnóstico de la enfermedad y su tratamiento, pero también aspectos sobre el manejo del párkinson en Atención Primaria o qué hacer cuando un paciente ingresa por otro motivo en un hospital, para que todos los médicos se familiaricen con la enfermedad”, detalla.
Otra de las directrices que recoge la guía es “la necesidad de que exista equidad en el acceso a la atención neurológica para todos los pacientes del territorio nacional, una demanda basada en la evidencia científica”. Según Escamilla, “en Andalucía hay territorios sin neurólogos cerca y muchos pacientes son seguidos por médicos internistas e, incluso, por algún psiquiatra”.
De esta situación también se ha hablado en la VI Reunión de Invierno del Grupo Andaluz de Trastornos del Movimiento de la SAN, celebrada recientemente en Antequera (Málaga), donde se ha presentado la guía y se han tocado aspectos muy diversos del párkinson, como los síntomas no motores y los nuevos recursos terapéuticos, médicos y quirúrgicos que han modificado la historia natural de la enfermedad.
Y es que Escamilla afirma que Andalucía “sigue muy por debajo de la media nacional en cuanto a ratio de neurólogos por 100.000 habitantes”. “En territorios como Murcia o Castilla-La Mancha, un hospital comarcal tiene tres o cuatro neurólogos, mientras que en Andalucía se da la circunstancia de que pacientes vecinos del área fronteriza de la provincia de Granada y Murcia tienen que viajar varias horas para llegar al Hospital Virgen de las Nieves de Granada, cuando tienen tres neurólogos a menos de 20 minutos en Murcia”, lamenta.
“Las asociaciones de enfermos neurológicos de toda Andalucía y los neurólogos luchan para ampliar la atención neurológica a los hospitales comarcales porque, aunque hay líneas en las que la Consejería de Salud ha avanzado mucho, en Neurología estamos un poquito en precario”, opina Escamilla.
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